viernes, 16 de noviembre de 2007

*Mi primera vez en TransMilenio *

Una de las residentes de Santa Bárbara se subió a TransMilenio y contó su experiencia a EL TIEMPO ZONA. Este fue su balance sobre el viaje por la Troncal Norte.

Para aquellos que como yo no somos unos usuarios permanentes de TransMilenio les quiero contar mi experiencia. Me fui a conocer el portal de la 170 con Autopista Norte. Allí encontré un mapa donde se revisa qué bus se debe tomar para ir de un determinado sitio a otro, se informan las frecuencias y dónde paran. En este mapa se informa en qué sitio se encuentra uno, por lo que es fácil localizar el número del bus, (bueno digamos que fácil para el que ya está familiarizado, yo iba a tomar el que no era).

Primero me fui para el lado equivocado, pues asumí que si iba para el sur hasta los Héroes lo lógico (creo que me fallo la lógica) era hacerme en el lado de norte a sur. Pues no señores, debía pararme en el costado de sur a norte, aunque iba en sentido contrario.

Les cuento que había un montón de gente lista para entrar, yo estaba esperando ver una fila, pero cuál fila, allá sí se necesita un pedagogo como Mockus para que enseñe a que la gente no se aglutine y no entre como si fuera el fin del mundo. Con razón los dueños de lo ajeno tienen oportunidad de sacar los celulares y demás pertenencias.

Entré al bus y vi un puesto azul desocupado. Me senté. Alguien me dijo que estos son para adultos mayores, mujeres embarazadas o minusválidos, en ese momento volví a mirar a ver quién tenía más canas que yo o tenía alguna situación como la descrita y no la encontré, entonces me fui sentada.

El bus quedó realmente lleno. Mientras empezaba el recorrido pude ver y escuchar lo siguiente: que hay varios letreros y avisos que advierten que en la zona amarilla, junto a la puerta, está prohibido quedarse parado, pues puede ser peligroso, pero eso parece ser que no le importa a nadie.

Me bajé en los Héroes y verifiqué en el mapa cuál paraba en la Pepe Sierra. A que no adivinan: me monté en el que no era y llegué nuevamente al portal de la 170, ¡qué horror! Volví a revisar, con más atención, y en esta ocasión sí cogí el que era, todo por la misma tarifa de 1.400 pesitos.

En todo el trayecto vi lo ágil del sistema. Mientras corríamos velozmente a nuestro destino, los pobres autos particulares estaban en un trancón que ni les cuento, en ese momento pensé, lo bueno que sería si todos pudiéramos utilizar este sistema, pues lo que nos hace falta son alimentadores que suban y bajen por la avenidas como la 116, 127 o la 134. De esa forma estoy
totalmente segura que muchos de nosotros dejaríamos el carro en la casa, ahorrando mucha plata en gasolina, no contaminaríamos, reduciríamos trancones y ganaríamos tiempo de un lado al otro.

¿Cuándo será que tenemos este sistema por la avenida 9a. y la avenida 7a.?

Ustedes no han caído en cuenta que los estratos 5 y 6 somos los discriminados, pues aunque pagamos los impuestos más elevados para todas las obras, no contamos con los beneficios para disfrutar de estas.

Fíjense los Supercades: están en los extremos e ir en carro es una locura, porque ¿dónde se estaciona? Pero el TransMilenio nos queda lo suficientemente lejos como para no pensar en tomarlo.

MARTHA MEDINA
Reportera Ciudadana EL TIEMPO ZONA
Noviembre 14 de 2007
Crónica suministrada por la Red Latinoamericana de Transporte Sostenible-GTZ (SUTP-LAC).

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