sábado, 22 de octubre de 2011

En bici plegable: integración y accesibilidad


Por: Jorge Iván Ballesteros Toro

Desde hace unas semanas atrás, adquirí una bici plegable Dahon Speed 8. Ahí poco a poco la estoy pagando, pero al mismo tiempo la estoy librando con los viajes realizados. Desde ese día que salí del almacén la estrene en la SiCLeada “El Ajedrez”. La vaina de un sueño se fue haciendo realidad.

Reconozco que tener varias bicis es como algo de consumo, pero a su vez, es algo de ese interés por indagar sobre las bicis y su tipología. Por ejemplo, con la bici de montaña viajo y exploro sitios como senderos y hasta el mismo Chocó. Con la fixie subo la adrenalina al 100% en las calles de la urbe, es una sensación sin igual, además la fixie es diseño, color y personalidad. Con la plegable ha sido la exploración de integración con otros medios de transporte, algo que se puede denominar accesibilidad.

Como describirlo, vamos rayando. Salgo en la bici, llego a una oficina, me miran extraño y dicen “vos no podes ingresar con esa bici”, de inmediato la pliego y la persona queda como impresionada y en unos segundos dice “volve ha hacer eso, como es, que bici tan bacana”, al momento me dice “dale, ingrese tranquilo, no hay problema”. Cambio de un gesto agresivo a uno alegre, pasivo, por eso la bici es alegría y libertad.

Un día de turismo con un parcero Mexicano, él en su Brompton y yo en mi Dahon, dimos vueltas y vueltas por Medellín, Itagüí, Sabaneta y Envigado y por último plegamos y fuimos para el Metro. Algo innovador para la gente alrededor, lo cierto fue que subimos las bicis al Metro, luego al Metro Cable y terminamos de vuelta en Parque Arví. De regreso nos bajamos en la estación Santo Domingo, plegamos las bicis y descendimos en ellas por la comuna 1 y 2 hasta la estación Acevedo. Pliego, subo y disfruto, que más le pide uno a la vida cuando la bici brinda alegría y libertad.

Ya van varios retos de la plegable que se han abordado cómodamente. Cuando llego al trabajo pliego, subo unas escaleras y guardo la bici bajo el escritorio. Voy a una reunión, pliego e ingreso. Voy a comer, pliego, ubico al lado de la mesa y como tranquilamente.

El último reto fue una buena integración. Salí de mi casa hasta el terminal de transportes del norte, pliego la bici y la subo a una van con rumbo a Andes (Antioquia, Colombia), me bajo 5 kms antes del casco urbano en la sede de la Universidad de Antioquia –UdeA-, asisto a unas sesiones de trabajo y luego pliego y voy para el hotel. Al momento organizo las cosas, pliego y regreso a la UdeA, después regreso a descansar. Amanece y regreso a clase, horas después me recoge una van con rumbo a Medellín, me bajo en Monterrey, pliego la bici y llego a mi casa.

Por todo esto, creo que la bici plegable es una bici con una tipología especial que permite la integración y accesibilidad. Tiene sus cosas, cuando la pliegas entre personas te quedan mirando como si fueras un objeto extraño, pero nada, vas en tu bici, viajas, disfrutas, gozas, conoces y lo mejor es que sientes realmente que en bici la vida es más alegre, Vélib´.

En el Foro de Seguridad Vial en Plaza Mayor

En la van de viaje para Andes

Parchados en Andes

lunes, 17 de octubre de 2011

Más vías no es la solución


Muchos creen que un lugar lleno de vías es el progreso. Debemos preguntarnos entonces ¿Qué es el progreso?  y que significa este para una sociedad. 

En muchos lugares del mundo, tanto en países desarrollados como países en vías de desarrollo, esta pregunta aparece y aparece en relación al desarrollo del transporte a motor. El argumento de los tecnócratas es "Si hay más carros, deben haber más vías". Vaya dolor de cabeza con esta apuesta, pues nuestras ciudades sufren por las operaciones a mansalva que le hacen, lo social se pierde y la segregación socioespacial se hace evidente.

Me pregunto ¿Por qué es tan difícil en nuestra sociedad pensar en ciudades más sostenibles y a escala humana? ¿Qué tan miopes somos? 

Pensar en ciudades sostenibles, es analizar las posibilidades de las relaciones humanas con el medio ambiente. Territorios para el goce y el disfrute, donde un niño pueda decir "Mamá voy a jugar a la calle con Hugo, Paco y Luis, y después vamos a montar en bici" y la Mamá responda "Mijo, mucho juicio y no se lo olvide llegar temprano", así sucedía hace unos 20 años. Pero hoy, ese sueño del que muchos gozamos es un mito, la respuesta de la Mamá es "Mijo, no salga a la calle que lo coje un carro" y lo mejor para tenerlo encerrado es comprarle una consola de video juegos. Vaya triunfo de la tecnocracia. 

¿Hacia dónde vamos? ummm...!!!


sombras