domingo, 17 de abril de 2011

19 de abril, Día Mundial de la Bicicleta: Vélib´.


Por: Jorge Iván Ballesteros Toro


Celebrar un día en medio de los 365 que tiene el año es agradable, pero es más cuando se trata de brindarle un homenaje a la máquina que ha permitido a los seres humanos desarrollar grandes inventos y memorar historias, estamos hablando de la bicicleta. Sobre dos ruedas, un cuadro, un manubrio, un sillín, unas bielas, unas llantas, entre otros, descansa el cuerpo de lo humano, de la libertad, del aire, de los sueños. La niñez revive y el paisaje se refresca.


La historia de la bicicleta se remonta hacia el siglo XIX, quizá unas décadas o siglos más atrás, no obstante, desde que se inventó su desarrollo no ha parado en avances tecnológicos, nuevos materiales, nuevas competencias y disciplinas. El Caballito de Acero está pasando de ser un objeto de casa, a convertirse en un inspirador de hazañas en el deporte y un promotor de la vida en la ciudad como medio de transporte.


En el año 1903 se disputó el Tour de Francia, la cual fue la primera competición del ciclismo por etapas del mundo que contó con un recorrido de 2.428 Km y cuya primera etapa Montgeron-Lyon tuvo un trayecto de 467 kms, en aquel tiempo el ganador de la competencia fue el francés Maurice Garin. En 1909 se llevo a cabo el primer Giro de Italia con 2.448 km y 8 etapas y el ganador fue el italiano Luigui Gana, quien obtuvo la maglia rosa. Para el año 1935 se celebró por primera vez La Vuelta a España, que tuvo una distancia de 3.431 km que se disputaron en 14 etapas, el ganador fue el belga Gustaaf Deloor.


La Vuelta a Colombia en Bicicleta es la principal prueba por etapas de Suramérica, la cual inició con 35 participantes el 5 de enero de 1951 en la Avenida Jiménez de Bogotá, de los cuales terminaron 30 ciclistas que cubrieron las 10 etapas y el recorrido de 1.233 km, que tuvo como campeón al “Zipa Indomable” Efrain Forero, quien empleó 45 horas y 23 minutos.


Sobre dos ruedas sin motor la vida es más alegre. El reconocido profesor de antropología y etnología de la I´Ecole des Hautes Études en Sciences Sociales de París, Marc Augé, reconoce en su libro “Elogio de la Bicicleta” escrito en 2008 que «el milagro del ciclismo devuelve a la ciudad su carácter de tierra de aventura o, al menos de travesía (…) ¡Arriba las bicicletas, para cambiar la vida! El ciclismo es humanismo». Al pensar en la ciudad sostenible, la bicicleta cobra un papel especial, es la mejor en distancias de 8 kms, para su desplazamiento no utiliza petróleo y no genera emisiones, por el contrario brinda como beneficio la recuperación física corporal y por su velocidad permite reconocer el entorno y el paisaje.


¿Por qué decirle no a la bicicleta en la ciudad? ¿Por qué negar su existencia y dejarla a un lado con el peyorativo adjetivo de que la bicicleta es una alternativa, cuando es el medio de transporte sobre ruedas más eficiente económica y ambientalmente? ¿Por qué dejar la bici al olvido como sucede con las políticas actuales de transporte que benefician en gran medida al transporte motorizado, pasando por encima el transporte no motorizado? ¿Por qué dejar en el ático la bicicleta, cuando en conjunto con el caminar y las personas con movilidad reducida, son quienes deberían definir gran parte de las políticas de movilidad de la ciudad, pues son ellos quienes hacen la movilidad?


Celebrar el 19 de abril como el Día Mundial de la Bicicleta, es recordar esa fecha en el año de 1943, cuando el químico Suizo Albert Hofmann notó que todos sus sentidos vibraban con una sensibilidad superior, una sensación de bienestar y una vida renovada.


Eso es la bicicleta, una máquina que permite despegar en las dudas y trazar sueños, donde navegar solo requiere del impulso natural para permitir al cuerpo, el espacio y el alma, el paso del aíre a través de los sentidos. Vive la vida, monta en bici.

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