martes, 6 de octubre de 2009

La trama de la vida y su relación con la BiCicleta


Por: Jorge Iván Ballesteros Toro
Martes, 06 de octubre de 2009

Al pasar de un lado a otro, de libro en libro, página en página, texto a texto y palabra a palabra, vamos encontrando relaciones con objetos de estudio que cada individuo tiene. Un caso particular es el transporte no motorizado, y al interior de este, la BiCicleta. Por ello, remitiendo a Capra (1996) cuando expone que la trama de la vida es, desde luego, una antigua idea que ha sido utilizada por poetas, filósofos y místicos a través de los tiempos para comunicar su percepción del entretejido y la interdependencia de todos los fenómenos. Redes a todos los niveles interactuando en forma de red con otros sistemas. Redes dentro de redes que en cada escala y bajo un escrutinio más cercano visualiza nodos de una red que se revelan como redes más pequeñas.

Una exposición de palabras ubica la BiCi como un ejemplo que categoriza conceptos propios de la trama de la vida. Entenderla como redes de redes y sus relaciones complejas entre sí. Por ello, los términos holístico y ecológico difieren ligeramente en sus significados y parecería que el primero de ellos resulta menos apropiado que el segundo para describir el nuevo paradigma. Una visión holística de, por ejemplo, una bicicleta significa verla como un todo funcional y entender consecuentemente la interdependencia de sus partes. Una visión ecológica incluiría esto, pero añadiría la percepción de cómo la bicicleta se inserta en su entorno natural y social: de dónde provienen sus materias primas, cómo se construyó, cómo su utilización afecta el entorno natural y a la comunidad en que se usa, etc.

En consideración, en esta red de relaciones, un mecanismo similar de retroalimentación actúa cuando vamos en bicicleta. Al principio, cuando aprendemos, nos resulta difícil dominar la retroalimentación de los cambios continuos de equilibrio y maniobrar en consecuencia. Así, la rueda delantera de bicicleta de un principiante oscila fuertemente, pero a medida que nuestra pericia aumenta, nuestro cerebro dirige, evalúa y responde a la retroalimentación automáticamente, hasta que las oscilaciones de la rueda delantera se convierten en una línea recta.

Para comprender estas relaciones Capra nos expone tres criterios clave: patrón, estructura y proceso. Para ilustrar la diferencia entre patrón y estructura, tomemos un sistema no vivo bien conocido: la bicicleta. Para que algo pueda ser llamado una bicicleta, deberá existir un número de relaciones funcionales entre sus componentes conocidos como cuadro, pedales, manillar, ruedas, cadena, ruedas dentadas, etc. La configuración completa de estas relaciones funcionales constituye el patrón de organización de la bicicleta.

La estructura de la bicicleta es la manifestación física y su patrón de organización en términos de componentes de formas específicas, hechos de materiales específicos. El mismo patrón bicicleta puede manifestarse a través de muchas estructuras distintas. El manillar tendrá distinta forma para una bicicleta de paseo, otra de carreras, una de montaña y una de ciudad; el cuadro podrá ser pesado y sólido o ligero y delicado, los neumáticos podrán ser estrechos o anchos, tubulares o macizos. Todas estas combinaciones y muchas otras serán reconocidas como diferentes manifestaciones físicas del mismo patrón de relaciones que define a una bicicleta.

En una máquina tal como una bicicleta, las partes han sido diseñadas, fabricadas y ensambladas para formar una estructura con componentes fijos. En un sistema vivo, por el contrario, los componentes cambian continuamente. Hay un flujo incesante de materia y energía a través del organismo.

En el caso de nuestra bicicleta, el patrón de organización está representado por los dibujos de proyecto necesarios para su construcción, la estructura por la bicicleta específica física y el vínculo entre patrón y estructura por el proceso mental de su diseñador. En un organismo vivo, el patrón de organización está corporeizado por la estructura del sistema, mientras el vínculo entre patrón y estructura reside en el proceso de continua corporeización.

Por último, este enfoque de la trama de la vida propone un cambio de paradigma. Interiorizar nuevas formas de comprender nuestro entorno y nuestra relación con las comunidades. Así pues, se propone una alfabetización ecológica que conlleve a una reforma fiscal ecológica, la cual llevada a cabo con firmeza y lentitud, a la larga, iría dejando gradualmente fuera de mercado a las tecnologías y hábitos de consumo dañinos y nocivos. A medida que los precios aumentasen, con la correspondiente contrapartida de reducción de impuestos sobre los ingresos, la gente cambiaría el carro por la bicicleta, usaría los transportes públicos y maximizaría la capacidad de sus vehículos en sus desplazamientos hacia y desde el lugar de trabajo, estudio y ocio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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